Es injusto que sufra

Tema de la semana 10

Información del Tema

VERSÍCULOS CLAVE:

“Entonces Jesús les dijo a sus seguidores:

—Si alguien quiere ser mi seguidor, tiene que renunciar a sí mismo, aceptar la cruz que se le da y seguirme.”

Mateo 16:24 PDT

Muchos mensajes empleados para evangelizar en la actualidad son promesas de una paz duradera, gozo y un hogar en el cielo, así como una vida próspera en la tierra si tan solo le entregan su vida a Jesús. Ese tipo de predicación que desatiende el precio de seguir a Cristo y de tomar la cruz, ha dado origen a una generación que son incapaces de enfrentar las batallas de la vida cristiana. Si sus esperanzas se frustran debido a las pruebas y tribulaciones que son inevitables, claman y echan a correr en busca de una salida fácil.

Satanás logra su propósito de hacernos repugnar y rebelarnos contra la voluntad y los propósitos de Dios al convencernos de la mentira de que nuestro sufrimiento es injusto o innecesario.

El mensaje que el mismo Señor Jesús y sus apóstoles predicaron fue un llamado a tomar la cruz, a batallar, a sufrir.

El apóstol Pablo enseñó que el sufrimiento es un adiestramiento esencial en la carrera de Dios para todos los creyentes:

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Hechos 14:22

 Si desconfiamos de las intenciones y del corazón de Dios, es indudable que nos opondremos al sufrimiento como una reacción natural. Sin embargo, debemos aprender a recibir con beneplácito el sufrimiento como una vía para alcanzar la santidad y una puerta hacia una mayor intimidad con Dios.

Acoge cada prueba dentro o fuera de ti, cada decepción, sufrimiento, preocupación, tentación, oscuridad y desolación con tus manos abiertas, como una ocasión genuina y una oportunidad bendita para morir a ti mismo y para entrar en una comunión plena con tu Salvador, quien sufrió y rindió todo su ser.

LA VERDAD

A Dios le interesa mucho más nuestra santidad que nuestra pronta felicidad pasajera. Él sabe que sin la santidad jamás gozaremos la felicidad genuina.

Es imposible ser santos sin experimentar sufrimiento. Aunque es un misterio, sabemos que Jesús mismo durante sus años en la tierra fue perfeccionado:

 “8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.”
Hebreos 5:8-9

Decimos que queremos ser como Jesús, y luego nos oponemos a los mismos instrumentos que Dios utiliza para cumplir ese deseo.

Todos los escritores del N.T. reconocieron que hay un fruto de santidad y redención que solo puede resultar del sufrimiento. De hecho, Pedro se atreve a declarar que el sufrimiento es nuestro llamado, no solo para un grupo especial de líderes cristianos o mártires, sino para todo hijo de Dios:

“Pues para esto los llamó Dios, ya que Cristo sufrió por ustedes, dándoles un ejemplo para que sigan sus pasos.”
1 Pedro 2:21

El gozo verdadero no radica en la ausencia de sufrimiento, sino en la presencia santificadora del Señor que nos sostiene en medio del dolor. Al atravesar cualquier prueba, sin importar cuán prolongada sea en días, semanas, meses o años, podemos confiar en esta promesa:

“Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros. Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo.”
1 Pedro 5:1

  • Serie: Verdades que Liberan / Mentiras que atrapan
  • Tema: Los cristianos no pueden sufrir
  • Subtema: Es injusto que sufra
  • Semana: 10
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