Puedo pecar y quedar impune

Tema de la semana 12

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VERSÍCULOS CLAVE:

“—¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.”
Hechos 5:29 NVI

Creo que está es la mentira más básica que Satanás nos dice acerca del pecado. Dios dijo a Adán: “Si comes del fruto de este árbol morirás”. El mandato era claro: “No comas”. El resultado de la desobediencia también era claro: “Morirás”.

Satanás sembró en la mujer la duda respecto a la bondad de Dios por su mandato y a su derecho divino de gobernar su vida. Luego rebatió las consecuencias que Dios había establecido. Lo hizo mediante un ataque directo a la Palabra de Dios:

“Entonces la serpiente le dijo a la mujer: No morirán.”
Génesis 3:4 RVC

En tres ocasiones el salmista señala que la razón por la cual las personas desobedecen a Dios es creer que pueden quedar impunes:

“Dice en su corazón: No seré movido jamás;

Nunca me alcanzará el infortunio…

Dice en su corazón: Dios ha olvidado;

Ha encubierto su rostro; nunca lo verá…

¿Por qué desprecia el malo a Dios?

En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.”

Salmos 10:6, 11, 13

El diablo nos hace pensar:

  • “Mi pecado no será juzgado”
  • “No cosecharé lo que siembro”
  • “Lo que yo elija hoy no traerá consecuencias futuras”
  • “Puedo jugar con fuego sin quemarme”

Como sucede con otras mentiras, no las creemos de manera consciente. Tal vez hasta rechacemos estas ideas en nuestra mente. Sin embargo, decidimos pecar porque en el fondo pensamos que es posible quedar impune. Es así como decidimos comer un segundo postre, aunque ya estemos satisfechos, sin detenernos a considerar que…

  • dentro de unas pocas horas sentiremos desagrado y malestar estomacal.
  • el exceso en la comida puede producir acidez, diabetes, un derrame cerebral o un infarto.
  • la falta de dominio propio en algunos aspectos de nuestra vida nos hará más susceptibles a la indisciplina en otras áreas de mayor importancia.

Nos entretenemos con la lectura, las películas, los programas de televisión y la música que promueven filosofías del mundo y legitiman la irreverencia, la indecencia y la conducta inmoral, sin jamás detenernos a pensar que al hacerlo…

  • perdemos la sensibilidad de nuestra conciencia y llegamos a tolerar el pecado.
  • aumenta el deseo de pecar y disminuye el anhelo por la santidad.
  • levantamos una barrera en nuestra comunión con Dios.
  • disponemos nuestra mente para pensar como el mundo lo hace (y lo que pensamos determinará nuestra manera de vivir).
  • se forja en nosotros una idea de la sexualidad contraria a la Biblia.

Decidimos guardar rencor hacia una persona que nos ofendió y pasamos por alto el hecho de que tarde o temprano nuestra amargura…

  • destruirá nuestra capacidad de pensar con cordura.
  • nos convertirá en personas infelices e inestable.
  • nos impedirá experimentar el perdón de Dios para nuestro pecado.
  • hará que seamos insoportables y que los demás se aparten de nuestro lado.

Debemos recordar sin cesar que Satanás es un mentiroso. Lo que Dios llama “pecado” Satanás dice que es:

  • Divertido
  • Nuestro derecho legitimo
  • Inocente
  • Insignificante
  • Seguro
  • Inevitable
  • Deseable

No obstante, la verdad es que:

  • El pecado es peligroso, y destructivo, y conduce a la muerte.
  • Cosecharemos lo que sembramos.
  • Cada elección que hacemos en el presente traerá consecuencias futuras.
  • Si jugamos con fuego nos quemaremos.
  • “el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:15).

Es lamentable que tantas personas ni siquiera reconozcan que sus elecciones naturales y carnales traen consecuencias en su vida, su matrimonio, sus hijos, su salud y su relación con Dios y con los demás.

Además de hacernos creer que podemos pecar y quedar impunes, el engaño de Satanás hace algo más. En el Huerto del Edén le hizo esta insinuación a Eva: “No solo puedes desobedecer a Dios sin sufrir consecuencias negativas. Puedes además gozar de ciertos beneficios si comes del fruto”.

“Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal.”
Génesis 3:5 RVC

Lo que Satanás sugirió en realidad es que las consecuencias no importan, pues el placer y los beneficios que se disfrutan por “hacerlo a su manera” valen la pena. Eva le creyó, y nosotros también. Después de todo, si no creyéramos que sacaremos algún provecho del fruto del pecado, ¿qué nos movería entonces a pecar?

En un sentido, Satanás tiene razón acercad de los resultados “positivos” del pecado. Según Hebreos 11:25 el pecado produce placer, por un instante. Sin embargo, al final impondrá un pago devastador. Y no hay excepciones.

Algunas consecuencias del pecado son:

  • El pecado roba el gozo (Salmos 51:12).
  • El pecado destruye la confianza (1 Juan 3:19-21).
  • El pecado acarrea culpa (Salmos 51:3).
  • El pecado somete al dominio de Satanás (2 Corintios 2:9-11).
  • El pecado apaga el Espíritu de Dios (1 Tesalonicenses 5:19).
  • El pecado produce daños físicos (Salmos 38:1-11, 31:10).
  • El pecado causa dolor en el alma (Salmos 32:3-4).
  • El pecado entristece el corazón de Dios (Efesios 4:30).
  • El pecado abre la puerta a otros pecados (Isaías 30:1).
  • El pecado rompe la comunión con Dios (Isaías 59:1-2).
  • El pecado produce temor (Proverbios 28:1).
  • El pecado esclaviza (Juan 8:34, Romanos 6:16).

Algunas veces las consecuencias de nuestro pecado solo pueden verse meses o años más tarde. Algunas veces solo se evidencian en la generación siguiente, y algunas consecuencias tardarán hasta el momento en el que estemos ante Dios en el trono de su juicio. Esa es la razón por la cual persistimos en la insensatez de pensar que podremos salir bien librados a pesar de pecar. Así lo señala Eclesiastés:

“Y es que cuando la sentencia para castigar una mala acción no se ejecuta de inmediato, el: corazón de los mortales se dispone a seguir actuando mal.”
Eclesiastés 8:11 RVC

Uno de los propósitos de Dios al demorar la retribución es darnos tiempo para arrepentirnos: “El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Con todo, el día de la retribución vendrá. Y en ese momento cada hijo de Dios deseará con todo su corazón haber escogido el camino de la obediencia.

Después de jugar con el pecado y gozar sus “placeres” por muchos años, al final (y demasiado tarde) el rey Salomón declaró convencido:

“Aunque el pecador haga mal cien veces,

y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá

bien a los que a Dios temen,

los que temen ante su presencia…

El fin de todo el discurso oído es este:

Teme a Dios, y guarda sus mandamientos…

Porque Dios traerá toda obra a juicio,

juntamente con toda cosa encubierta,

sea buena o sea mala.”

Eclesiastés 8:12, 12:13-14

Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos.

  • Serie: Verdades que Liberan / Mentiras que atrapan
  • Tema: Los cristianos no pueden sufrir
  • Subtema: Puedo pecar y quedar impune
  • Semana: 12
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